Mi primer PC
Hoy estuve conversando con mi casi hermano, Giordano Luna V, acerca del tema de "Mi Primer PC" y le decía que encontraba el colmo que el gobierno se prestara para respaldar productos comerciales, con la entendible excusa de reducir la brecha digital.
Me respondió que leyera su blog y, ya que es especialista en el ámbito de la tecnología, hice caso.
Antes de ceder la palabra al experto, les regalo la obra de arte que acabo de terminar... ;)
Los dejo con el análisis siempre fundamentado de mi amigo del alma en el día 18 de agosto en su blog http://spaces.msn.com/members/gluna
Consideraciones acerca de "Mi Primer PC" chileno
Mucho se ha hablado acerca de la iniciativa de un grupo de empresas de lanzar el proyecto Mi Primer PC en Chile, el que en su origen busca entregar a un costo de US$ 450 o $ 250.000 un PC de escritorio con características básicas para grupos familiares, pequeñas empresas o estudiantes que jamás han tenido contacto con uno de estos aparatos. También se ofrece un notebook con características estándares a un precio de US$ 860 o $ 480.000 que bien puede servir para usuarios que requieren movilidad. El proyecto que está siendo auspiciado por Microsoft, el armador de clones Olidata, Intel, VTR y varias multitiendas del ramo, ha suscitado más críticas que alabanzas en el país, principalmente tras escuchar de boca del subsecretario de Economía que “el costo de estos equipos es de un 20% inferior a uno comercial similar”. Los primeros gritos partieron por el propio periodista Fernando Paulsen quien en su cara le enrostró al subsecretario la verdadera intención de alfabetizar digitalmente a la población nacional con un descuentito tipo “Días R”. Tal fue su molestia que textualmente le dijo “Cómo podemos hablar de una oportunidad única si acá no veo una verdadera intención de privilegiar a comunidades desfavorecidas. Acá me parece que más bien se quiere vender un producto con descuento avalado por el gobierno, y no como una campaña social”.
Unido a esto, a las relaciones públicas de estas compañías le sigue lloviendo sobre mojado, ya que ante sus 15 apariciones en medios, ya hay al menos 50 que dan tribunas a sus detractores, especialmente a los “Bloggers” chilenos, quienes se han organizado para juntar 25 mil firmas que exijan al gobierno a hacer un esfuerzo de verdad y no un descuentito de verano por un PC que se presenta hoy como la panacea nacional.
Para analizar punto por punto esta polémica tenemos que centrarnos en varios hechos, el primero claramente es el programa que hace funcionar al Primer PC de Chile y que es Windows Starter Edition, cuyo costo de licencia varía entre los € 25 y los US$ 30, o sea $16 800. Nada mejor y más barato
Windows Starter Edition no es una versión cortada de Windows XP, sino un sistema operativo básico (realmente muy básico) basado en la arquitectura NT que es la base de Windows NT, Windows 2000, Windows XP y Windows Server. Al trabajar sobre esta arquitectura, el usuario verá garantizado su estabilidad, velocidad y seguridad en las transacciones y operaciones sobre un computador y sobre todo, le permitirá operar sobre los estándares mundiales de la computación personal que son dictados tanto por Microsoft como por Intel (la famosa teoría llamada Wintel). Esto obviamente en base a la comparación de la plataforma Windows basada en DOS (3.11, 95, 98 y ME), que mostró durante años ser un verdadero fiasco, especialmente por las permanentes pantallas azules y congelamientos que sacaban de quicio a millones de usuarios mundiales y que permitieron nutrir de una completa batería de chistes incandescentes al connotado académico José Miguel Piquer, quien en cada intervención frente a Microsoft se mofa diciéndoles “no sé de qué se quejan ustedes cuando dicen que IBM es su enemigo si ambos comparten la misma premisa: IBM es un gigante azul y ustedes nos entregan gigantescos fallos en azul”.
Starter Edition o como debió haberse llamado en castellano “Edición para Principiantes”, fue diseñado tras la idea de Bill Gates de entregarle a la gente un Windows sin tantos accesorios que pueden resultar intrascendentes para un usuario tan básico como nuestras madres. De hecho, influyó mucho los comentarios de analistas y usuarios de Estados Unidos y Europa, quienes en sus alegatos públicos y en plena pelea judicial por las acusaciones fundadas de monopolio por parte de Microsoft, alegaban que los usuarios tenían el derecho a elegir entre una versión de Windows sin accesorios (mensajería, multimedia, grabación de Cds, firewall, compresor de archivos, editor de fotos, indexador de bases de datos, navegador de Internet, etc) y una completa que según Microsoft “entregaba una experiencia más rica para el usuario”.
Gates posiblemente haya tomado en cuenta estas críticas y otras más fuertes que hablaban de la baja calidad de su producto estrella, el cual se estaba vendiendo a precios altísimos y que podría en algunos casos llegar a significar el 40% del costo final de una máquina por el solo hecho de cargarle una licencia legítima.
Linux bajo estos argumentos hace estragos ante cualquier estrategia calculada de relaciones públicas diciendo sólo cuatro argumentos:”Somos gratuitos, somos libres, somos más seguros y somos más estables que Windows”. A pesar que proyectos de Hewlett Packard, Dell y Gateway que lanzaron PCs con Linux a costos casi un 40% inferior a uno cargado con Windows, resultaron ser un total y absoluto fracaso en ventas, aún así el fantasma del pingüino siguió siendo una amenaza y en Microsoft lo tomaron en serio.
Bajo las anteriores premisas, Microsoft lanzó hace 10 meses en países sectorizados de Asia (Malasia, Indonesia, Tailandia), donde la brecha digital es más grande que la existente en Chile, su versión Starter, el cual no logró alcanzar los niveles de popularidad deseados. O sea de buenas a primeras le fue pésimo.
Recuerdo muy bien que cuando se lanzó este sistema operativo, en América Latina y en Chile se generaron muchas expectativas y consultas para saber cuando el usuario nacional podría verlo, la respuesta fue rotunda: NO. Pero tras pocos meses ahora vemos uno flamante con bandera chilena y Moais mirando hacia el occidente como si nada hubiese pasado.
Tal como se sabe, Starter no permite manejo gráfico avanzado, limitando la resolución a sólo 800 x 600 pixeles en tasa de refresco de hasta 80hz, no trabaja sobre máquinas estándares año 2005, esto significa que sólo acepta plataformas Intel Celeron inferiores a 2,8 Ghz y AMD Duron. Tampoco está pensado para ser escalable a las necesidades que presentarán los usuarios, ya que permite sólo hasta 256 Mb de Ram, 80 Gb de disco duro e impide que pueda ser parte de una casa con red de área local, ya que no acepta compartir archivos ni tampoco impresoras. Tampoco facilita el trabajo multitarea, ya que aguanta hasta 3 programas funcionando y 3 ventanas abiertas de cada uno. Si quieres usar el procesador de palabras, mientras navegas por Internet y hablas con tus contactos de MSN, olvídate de abrir el correo electrónico para enviar tu trabajo del colegio o universidad. Más aún, con esto dejamos fuera a mi suegra que tendrá que seguirle pidiendo ayuda a mi novia para encender y apagar su PC en la pieza de estudio y por supuesto, a la famosa señora Juanita, quien tampoco podrá dotar de banda ancha a su taller de coser donde quería colocar dos computadores para llevar la contabilidad
Crítica al proyecto y a Starter Edition
Pero el tema de Starter Edition va más allá de su diseño que hace que muchos digan que es “una simple mutilación de ciertos componentes”, que a simple vista ordenan y limitan a los nuevos usuarios. El tema es que Starter Edition sin quererlo está siendo partícipe de generar la falsa sensación de estrechar la brecha digital existente en Chile, cuando fehacientemente su forma de ser está contribuyendo a mantenerla, subiendo en sólo un grado a aquellos que accederán por primera vez a un PC
Es sabido por muchos que niños y adultos jóvenes que comienzan a usar elementos tecnológicos desde pequeños (luego de chupar su primera mamadera agarran el control remoto y hacen zaping), crecen con una estructura de razonamiento mental que les permite luego identificar la forma de cómo funcionan otros sistemas de uso diario, tales como un microondas, un DVD, cajeros automáticos, reproductores de música, teléfonos celulares y operaciones básicas de un PC, por mencionar algunos. A medida que sus habilidades crecen, también lo hacen sus necesidades, las cuales aumentan exponencialmente a medida que avanzan en su grado de compenetración con las funcionalidades de las máquinas. Este tema que es propio de la estructura de aprendizaje y razón del ser humano se ve reflejado también en otros hechos, como la absorción de conocimientos y formas de comportamiento social. Nos perfeccionamos permanentemente y nunca dejamos de aprender.
¿Qué sucede entonces con Mi primer PC? Sólo piense una cosa. Regálele este computador a su hijo de 5 años. Para diciembre ya lo habrá dominado y para marzo del siguiente año estará en su oficina o en la casa del vecino bajando música. Starter Edition lamentablemente sólo responde a un nicho de mercado: a aquellos que no han tenido contacto jamás en la vida con un PC y que tampoco tienen la posibilidad de capacitarse para luego adquirir uno. Starter es un software destinado a romper el miedo, a hacer de primer caramelo para aumentar la masa crítica de usuarios y ayudarlos a conocer, a aprender y prepararlos para el mundo dominado por la tecnología. Es como aquella Citroneta donde aprendiste a manejar y que te permitía llegar sin problemas a la panadería de la esquina. Pero ¿Qué sucederá cuando quieras ir a la nieve o bien llegar a la playa un fin de semana? Claramente necesitarás comprarte un auto mejor, tal vez nuevo y gastar más dinero por uno que cumpla con tus nuevas necesidades. Esto podría ser un tema para debatir e incluso ser considerado por algunos como perverso, especialmente porque Mi Primer PC quedará inservible al poco tiempo, mucho antes que el usuario termine de pagar sus 36 cuotas de $ 9900, a un interés anual del 15% (45% de interés total).
¿Y con respecto a la brecha digital? Muchos de los usuarios sobre los 60 años de Mi primer PC se quedarán con esa máquina por años. Su limitación natural a explorar lo desconocido o sus internos temores, propios de generaciones anteriores, permitirán que Mi primer PC sea el computador ideal y posiblemente el único que tendrán. El computador de por si y como está configurado no genera para ellos un verdadero desafío de ir cada día aprendiendo más, sino que tal como dije anteriormente, los limita, tal como una represa confina el torrente de agua que viene de la cordillera. ¿Qué sucederá con aquellos que sólo su grado de conocimiento le permita manejar a Windows SE? ¿Que tipos de desventajas tendrán ellos frente a usuarios normales o avanzados que conocen otros sistemas operativos, que hoy manejan muchos programas simultáneos o puedan trabajar con muchas ventanas abiertas? ¿Podríamos llamar esto una nueva forma de crear un nuevo estilo de brecha digital?
A esta reflexión que considero necesaria, debemos sumarle el tema de costos. Microsoft ha hecho un esfuerzo de verdad por demostrar que es capaz de hacer un software funcional, aunque para lo que se busca puede resultar inservible al poco tiempo. El entregar una licencia a sólo US$ 30 (versus 180 que cuesta XP Home), resulta tanto o más barato que enviarle un PC vacío a uno de esos autodenominados iluminados de Linux, quienes por el mismo precio instalan una de las decenas de miles de versiones que circulan por el ciberespacio. El incluir también la licencia de Microsoft Works 8, que claramente es una muy buena suite de productividad básica, incluso muy superior a StarOffice u OpenOffice a su precio original de US$ 40 versus los US$ 140 de la edición más básica de Office 2003, más la inclusión de la edición básica de Encarta, es un ejemplo que Microsoft puede hacer software de “segunda selección” por un precio relativamente accesible.
Pero aún así no es suficiente. El lema que rodea al proyecto de Mi Primer PC es terminar con la brecha digital, acercar la tecnología a los que no tienen acceso a ella y entregar una herramienta útil para que Chile crezca. El aval del gobierno a esta iniciativa le da un carácter necesariamente social y la demostración mediática que las empresas involucradas están haciendo “un esfuerzo”, da luces que esto no busca enriquecer a nadie sino más bien aportar algo concreto al país y a la Agenda Digital. Pero las cifras son crudas. Por US$ 20 más puedes acceder a un notebook Packard Bell 20 veces superior al del proyecto y por el mismo precio de los $ 250.000 armarte un PC Pentium Celeron D o AMD Sempron con Windows XP Home licenciado y con posibilidades de hacerlo crecer a tu gusto, tanto en software como en hardware. Tal como dijo el subsecretario de Economía, los mismos firmantes del proyecto aseguran que el “esfuerzo” fue bajar el precio de este PC sólo un 20%. Lo más curioso es que el costo de las licencias es nada menos que la tercera parte de las tradicionales y los componentes de hardware completamente estándares. No entiendo entonces como es posible que se diga que se hace un “esfuerzo” si solo vemos un equipo tradicional, sin nada nuevo que lo destaque y con una batería de software que claramente rinde la décima parte de uno tradicional. Si a esto le sumamos que el “esfuerzo” permite comprar un PC a 36 cuotas con el recargo de intereses del 45%, por favor que alguien me diga cual es el “esfuerzo” que hace todo este pool de empresas, quienes al final están aplicando un descuento parecido a las liquidaciones de finales de temporada.
Como un hecho para la reflexión: No es posible ni tampoco éticamente aceptable que un producto comercial que presenta descuentos y bajas características sea presentado como una propuesta social, especialmente si vemos que ninguna de las compañías involucradas no deja de ganar en al menos un 5% como margen de utilidades de este “esfuerzo”. No olvidemos lo que sucedió hace algunos años atrás, cuando Compaq Chile intentó hacer algo parecido ofreciendo una gran cantidad de PCs a profesores de educación básica y media de todo Chile con grandes descuentos. Al cabo de pocos meses y antes que fueran entregados, los PCs ya estaban obsoletos e incluso, su precio de mercado era hasta un 30% superior a cualquier otro de la competencia, lo que redundó en que la iniciativa que estaba avalada por CORFO también resultara un fracaso.
Saludos a todos,
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