Un pequeño paso (Primera parte)

(Primera Parte)

A las 16:00 en punto llegamos al Congreso Luís Ramírez, Cristián Sepúlveda y yo. Luego de comernos cada uno un sándwich subimos raudos al tercer piso para aguardar ingresar a la sala de la Comisión de Ciencia y Tecnología.

Mientras subíamos comenzamos a divisar a nuestras contrapartes y, como dicta la cortesía, saludamos a los que ya estaban. El frío apretón de manos de Martín Karich, Gerente de Comunicaciones de Microsoft auguró lo que ocurriría después, aunque la calidez y cordialidad de José Antonio Barriga nos llenó de esperanza, pues vimos en él alguien dispuesto a construir.

Entramos a la sala, imprimimos una copias de la presentación y desalojaron la sala para poder hacer entrar a los diputados y convocados.

Aunque la sesión estaba programada para las 16:30, la sesión decidió que entraría primero el ministerio de economía junto a Microsoft y luego los ciudadanos. La sesión se inició a las 17:00.

Nuestra preocupación fue creciendo junto con el pasar de los minutos, pues la sesión concluiría a las 18:00. Mientras nos entretuvimos sacando fotos y posteando en vivo, acción que luego sería decisiva. Exactamente a las 17:55 se abrió la puerta, el ministro se retiró regalándonos una mirada de desprecio, mientras Alejandro Barros, muy educado, nos invitaba a que nos reuniéramos con él. Mi percepción es que el hombre sí quiere construir, eso ya suma 2.

¿Hernán Orellana? No saludó ni se despidió. Parece que no hizo bien su tarea, de lo contrario sabría que el objetivo no era atacar a Microsoft.

A las 18:00 nos invitan a pasar. Quedaban 4 ó 5 diputados presididos por Ramón Farías quien, antes de reanudar la sesión, nos dice con voz paternal: “Miren, muchachos, la sesión está por acabar, ustedes viajaron para presentar y no sé si puedan dar a conocer sus ideas en 5 minutos, por lo que podríamos invitarlos para la siguiente sesión para escucharlos como corresponde”. Atónitos nos miramos y, gracias a lo que estuvimos haciendo en los minutos previos, nos apoyamos en el gran poder de la blogósfera. Luís se dirigió envalentonado al presidente interino Farías y le señaló, mostrándole el blog de Liberación Digital, que en ese momento había 5000 personas observando lo que ocurría, que había mucha expectación y que no queríamos volver con las manos vacías. Ante tal argumento, se extendió la sesión hasta las 18:30, claro que durante la discusión el reloj había seguido corriendo y eran las 18:12.

Tuvimos que hacer una exposición rápida, sin ahondar en la problemática. Lamentablemente, pese a nuestro esfuerzo, terminamos a las 18:25. Pese a la enorme cantidad de anotaciones que hizo Farías, no hubo preguntas, de ninguna.

Farías nos señaló que esto era un pequeño paso en nuestro camino y que valoráramos que era muy inusual que la Cámara invitara a personas en calidad de particulares, el diputado Arenas nos felicitó por lo que estábamos haciendo, Marco Enríquez – Ominami lo mismo y que verían como comisión lo que se podía hacer con nuestros planteamientos.

Eso y la promesa de la comisión de volvernos a llamar fue nuestra pequeña cosecha. Por su parte, Roberto Sepúlveda, quien nos invitó, nos animaba y llamaba a no flaquear.

Fin de la sesión, conversaciones de pasillo… afuera nos esperaban el frío y una enorme sensación de decepción.