Lo que Perú se trae entre manos

Cuando hace unos días Perú publicó en su diario oficial su nueva cartografía que modifica sus límites, no me sorprendió en lo absoluto, pues hace dos años que se podía prever esta situación. Lo que sí me sorprendió fue el tiempo que se tomaron para hacerlo.

¿Qué busca Perú? es la pregunta que debemos hacernos estos días, mientras el gobierno limeño está ocupado tratando de reconstruir lo que se salvó de uno de los mayores terremotos que se tenga memoria en América Latina.
Desde el comienzo de los reclamos peruanos por los límites marítimos, asunto que también involucra a Ecuador, fue expresa la intención de acudir a los tribunales internacionales con el propósito de cambiar el Status Quo de los territorios de mar señalados pr Perú como propios.
Luego de que en noviembre de 2005 Perú promulgara la LEY DE BASES DE DOMINIO MARÍTIMO, Chile tardó 1 año y medio en objetarla ante las Naciones Unidas y semanas antes de que Perú publicara su nueva cartografía. ¿Por qué la demora? es una pregunta que cabe responder a la Cancillería, pues creo que tal demora no se explica por otra cosa que no sea imprudencia o negligencia.
Pues bien, la normativa peruana está basada en la interpretación de la Convención del mar, una interpretación que afecta directamente a Ecuador e indirectamente a Colombia, ya que considera que "el límite exterior del dominio marítimo del Perú es trazado de modo que punto del citado límite exterior se encuentre a 200 millas marinas del punto más próximo de las líneas de base en aplicación de los criterios de delimitación establecidos por el derecho internacional".
Esta interpretación pone en duda 37 mil kilómetros cuadrados de Chile y prácticamente TODO el mar presencial ecuatoriano. En estos días vimos la publicación del Sector Sur, falta ver cual será el criterio que aplicará en el norte. Si es la misma que en el sur, es decir, no reconocer el paralelo como límite, siginificará que Guayaquil quedará prácticamente sin mar, pues el primer punto del límite marítimo norte es el "punto de Frontera en la Boca de Capones" (golfo de Guayaquil). Sea la aplicación completa de la interpretación o la bisectriz, el daño a Ecuador será enorme.
Volviendo a Chile, la estrategia de Perú para llegar al arbitraje es la siguiente:

1. Desconocer tratados de 1952, 1954 y 1969 como fuentes de delimitación fronteriza. Logrado.
   
2. Incorporar en la legislación interna la existencia de un diferendo marítimo. Logrado.
3. Presentar ante las Naciones Unidas antecedentes jurídicos previos a un arbitraje. Logrado.
4. Reconocimiento por parte de Chile de existencia de diferendo. En proceso.
   
5. Arbitraje. No realizado.

¿Cómo forzar a Chile a reconocer un diferendo marítimo o que admita la interpretabilidad de las fronteras si permanentemente expresa que no hay temas pendientes? Simple....

Ocurre que la legislación interna obliga a las fuerzas armadas a custodiar las fronteras y que los tratados pesqueros vigentes sólo permiten el cruce temporal de la frontera a barcos pesqueros con la imposibilidad de pescar en aguas territoriales o presenciales de la contraparte. Es decir, si un a patrulla chilena observa que un barco pesquero está pescando en terrotorio chileno, ella está obligada a detenerla y conducirla al puerto chileno más cercano par, luego, proceder a la deportación de la tripulación o conducción de la nave a territorio extranjero.
Dadas así las cosas, el terreno está listo para obligar a Chile al arbitraje.
En las condiciones actuales si un buque de guerra chileno detiene a uno peruano en el territorio marítimo calificado por Perú como de "controversia", la marina peruana está obligada por ley a defender al pesquero peruano. Ambas fuerzas, estando obligadas por ley, deben cumplir sus órdenes. Si una de las dos partes no la cumple, da la razón a la otra en la interpretación de los acuerdos pesqueros. Así, es fácil imaginar que lo siguiente es el enfrentamiento naval, situación para la que tanto Chile como Perú se han preparado durante los últimos 10 años.
Las escaramuzas navales, aéreas y terrestres llevarán a solicitar la mediación o arbitraje del territorio, con lo que Chile estará obligado a admitir por los hechos el diferendo y acatar un arbitraje. Es una situación calcada de lo que ocurrió en los noventa entre Perú y Ecuador en la cordillera del Cóndor.
¿Qué está haciendo la cancillería chilena además de llamar al embajador de Chile en Lima?, ¿se legislarán de forma expresa los límites marítimos chilenos?, ¿está Chile preparado para esta situación? Todas preguntas que la prensa y la Cámara de Diputados deben hacer al Ministro de Relaciones Exteriores, Alejandro Foxley.

Preocupante.

Saludos a todos,