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Análisis Político

Este blog tiene como fin analizar la contingencia política y económica chilena e internacional, publicar reflexiones y emitir opiniones dentro del marco que otorgan el sentido común, rigurosidad académica, libertad de opinión, tolerancia y principios éticos. Doy la bienvenida a todos aquellos que deseen leer, comentar los temas planteados e, incluso, preguntar. Saludos a todos, Rodrigo Hollmann F. Periodista y Cientista Político rholl@hotmail.com

martes, agosto 30, 2005

Nociones elementales de Economía



Siempre he pensado que Nicolás Eyzaguirre tiene aspiraciones presidenciales, y así lo confirmó hace un par de semanas en La Tercera.

Lo que ahora empieza a aterrarme es que el precandidato PPD 2010 se convirtió en un verdadero fundamentalista de los impuestos. ¿Por qué cambió tanto? La respuesta es una: mientras más tienes, más quieres.

En los últimos años Chile experimentó un crecimiento leve, pero sostenido. Sin embargo, en el 2005 los números dicen que se asemeja a esos años lejanos cuando el crecimiento era del orden del 6% al 7%. Con este fenómeno, Nicolás comenzó a ver como las arcas fiscales se incrementaban cada vez más, a la par de las ideas para gastar.

Este ministro de Hacienda, empecinado en cuidar el bolsillo del Estado, dice que cualquier rebaja en los impuestos es ser Robin Hood al revés, es decir, quitarle a los pobres para darle a los ricos. Lo que Nicolás no comprende desde su ostentoso despacho es que existen impuestos e impuestos, y que el Estado significa el conjunto de ciudadanos que habitan un país.

Pues bien. Nuestro Nicolás comete un insensato error al desconocer que hay cierta similitud entre el Estado y una empresa, los directorios de ambos se deben a los accionistas y deben repartir las utilidades entre los accionistas. A ningún accionista le agrada que la empresa acumule patrimonio sin invertirlo con la excusa de que se debe cumplir con las normas aprobadas por el gerente de finanzas por sí y ante sí.

Nicolás actúa como ese gerente, sólo que el tema es algo más complejo. Cuando se le consultó por la rebaja del impuesto a los combustibles dijo que eso era un subsidio. Ministro, presente una demanda contra la Universidad de Harvard, lo estafaron, le enseñaron cualquier cosa: IMPUESTO NO ES LO MISMO QUE SUBSIDIO. Créame, si quiere se lo demuestro. Una cosa es participar en los costos de un producto y otra, muy distinta, es dejar de ganar a manos llenas.

Si soy bien pensado, creería que este ministro devenido en candidato 2010 no tiene la menor intención de rebajar los impuestos, pero algo me dice que va a hacerlo con evidentes fines electorales: el lunes 11 de septiembre la bencina superará los $700 por litro y recién se abrirá a estudiar la posibilidad de rebajar el impuesto cuando tenga que presentar la ley de presupuesto. ¡Lo que sea para que la clase media perdone la constante esquilma a la que hemos sido sometidos!.

No quiero imaginar el día en que este fanático de los impuestos llegue a La Moneda. Seguramente llegará acompañado de aquel que hace unos días sugirió a la clase media, respecto de la bencina, que comprara autos híbridos, porque son más eficientes.... Sin comentarios.

Saludos a todos y junten las monedas, falta el esquilme final antes de la despedida.

lunes, agosto 29, 2005

Estado de ¿derecho?

Hasta donde mis siempre limitados conocimientos llegan, el fundamento de un Estado de derecho es la institución de la Justicia. Sin embargo, los últimos días miro absorto y cada vez con mayor grado de asombro como el Estado de derecho chileno se asemeja a las últimas y trágicas horas del Titanic.

Allí estaba yo, admirado de que Chile fuera junto con Uruguay, las democracia más sana y con el Estado de derecho más estable del siempre atribulado subcontinente sudamericano. Feliz y tranquilo deambulaba con mis preocupaciones por la calidad de vida, cuidado del ambiente, poder adquisitivo, etc, hasta que mis ojos se posaron sobre un comentario de los últimos vigías de este trasatlántico que mostraba al mundo sus cualidades: Fernando Paulsen.

Con pavor escuché que la remozada DISPI, agencia de inteligencia nacional y que mudó en la Agencia Nacional de Inteligencia, estaba facultada por ley a investigar las actividades de "personas, grupo y organizaciones que de cualquier manera afecte o pueda afectar la seguridad pública interior" (Artículo 8º, Ley 19.974). ¡GLUP!

Esto significa, lisa y llanamente, el inicio de una sociedad policíaca con tintes autoritarios, sino totalitarios. Cuando el poder democráticamente constituido se corrompe estamos ante la peor tiranía posible. Y es así en este caso, puesto que el régimen presidencialista nos entrega, cual rebaño, a las fauces de los inescrupulosos: la ANI es fiscalizada por la Contraloría General de la República (el Contralor es propuesto por el Presidente en acuerdo con el Senado), los tribunales de Justicia y......la (des)Honorable Cámara de Diputados. En pocas palabras, el ciudadano que tenga aspiraciones políticas debe tener la venia de la Presidencia, la agenda del Presidente contará con información privilegiada y podrá adelantarse a los ataques de la oposición, etc. Si a eso le sumamos una justicia menos que defectuosa, el cóctel totalitario está servido. Usted imagine el resto.

Supuestamente, la Ilustrísima Corte Suprema sería el bastión contra los abusos, pero es triste constatar que su presidente tiene la ocurrencia de sugerir que los problemas de imagen del poder judicial son causados por los medios de comunicación. Nada de autocrítica, nada.

Así, el Titanic chileno avanza a toda velocidad contra el iceberg de la corrupción, gracias a las buenas intenciones de la tripulación que está embobada con la política de farándula y encandilada con los focos de las cámaras de TV. Recuerdo que así, tal cual, comenzó un triste tango al otro lado de la cordillera: farandulización y judicialización de la política bailan al son de una institucionalidad que sirve cada vez más al poderoso y se sirve al más débil.

Ojalá pueda conciliar el sueño.

Saludos a todos.

jueves, agosto 25, 2005

Mi gordi....


Sin duda, el tema de la semana fue la pataleta de la candidata a la presidencia Michelle Bachelet.

Es comprensible que una alta autoridad política pueda mostrar su desagrado porque la tutean, pero de ahí a reaccionar así.... tengo dos explicaciones parcialmente posibles, agradecería que lo comentaran.

La carrera está ganada

La gordi, perdón, la señora Bachelet, demuestra con esta actitud de ofendida -a la que hay que agregar la ocasión en que Alfredo Jocelyn-Holt la calificó de producto mediático y candidata de las encuestas- que ella ya asumió que a partir del 11 de marzo de 2006 ocupará el sillón presidencial.

Por qué digo esto: porque ella reacciona a los cuestionamientos como presidenta (se ofende, se molesta, no contesta, no comunica su posición personal, etc), no como la candidata simpática que busca conquistar el voto popular. Eso explica la constante negativa a participar en encuentros y debates, compartir sus ideas y dar a conocer su plan de gobierno ¿para qué si ya fue electa? La única pregunta que le queda por resolver es el margen de maniobra que tendrá en el Congreso, lo que sin duda será estrecho (no por nada la mayoría de los DC que integran su comando son colorines)


Feminismo

Michelle "Gordi" Bachelet tiene un problema serio con esto de ser mujer en política. Por un lado asegura que la mitad de su gabinete será femenino; y por otro, que valora la igualdad y la diversidad. Si esto no es una contradicción en sí misma, no sé que podría serlo.

Asignar cuotas sexuales de poder nos coloca en lo más alto del ranking de los inconsecuentes. O crees en el mérito intelectual de la persona o en sus gónadas, elegir lo último es una evidente política discriminatoria.

Sentirse menoscabada y llamar desubicado a quien dice lo que es innegable para los ojos es signo inequívoco de un sentimiento de inferioridad que es impropio de quien aspira a ser jefe de Estado. Me pregunto si habría reaccionado así si una mujer le hubiese dicho lo que le dijo Nicolás Eyzaguirre o Alfredo Jocelyn-Holt, la verdad es que tengo muchas dudas....

Entonces...

Creo que desde el punto de vista del análisis político, la candidata Bachelet tiene severos desequilibrios emocionales que, ojalá, pueda mejorar antes de marzo de 2006. Chile necesita a alguien que responda con la cabeza, no con escenas de histeria o sentimentalismos propios del mundo de la farándula....mmhhh ¿o será que "mi Gordi" es una de las primeras estrellas de la política farandulera? está para pensarlo, queda para la siguiente.

Saludos a todos,


Rodrigo.

lunes, agosto 22, 2005

Bencina, hoyos y otras desconsideraciones

El pasado fin de semana se me ocurrió salir fuera de Santiago y, aunque soy un viajero planificado, no consideré el problema que representa ser automovilista en una ciudad en la que las calles tienen un aspecto lunar, los camiones transitan por la pista central o la izquierda, y un gobierno que se esfuerza en empobrecer a la clase media porque no quiere rebajar los impuestos a los combustibles (40% del valor total y cuesta más de 1,2 dólar por litro). ¿Qué tiene que ver esto con análisis político?

La verdad es que mucho más de lo que se puede pensar.

La relación entre Gobierno y ciudadano en estrechísima en un Estado de Derecho (supuestamente este lo es) ya que el Gobierno está formado por ciudadanos y debe su existencia a su mandato manifestado en la Constitución. Sin querer entrar a la discusión de la teoría del Estado, el tema que me preocupa es lo que sucede cuando el Gobierno abusa reiteradamente de sus atribuciones y se convierte en un mecanismo de buena vida para quienes viven de él.

A las puertas de una elección presidencial y parlamentaria, cabe preguntarse a quienes quieren representar los candidatos, más allá de la obviedad de "los partidos que los apoyan y los financistas".

La función del gobernante, a grandes rasgos, es administrar el Estado y canalizar los "proyectos país" para construir uno que sea de todos los ciudadanos. Sin embargo es aquí donde encuentro la mayor disonancia y, en parte, creo que explica la apatía política del ciudadano común y corriente: Qué beneficios percibe el ciudadano y que costos le significa.

Cuando uno va conduciendo y se encuentra en medio de un embotellamiento (taco) y ve que se consume combustible inútilmente (cuesta más de 1 dólar por litro gracias a los impuestos) y más encima debe tratar de esquivar cráteres y forados ("eventos" les llama el gobierno) que no deberían existir porque con los mismos impustos las calles deberían estar reparadas, se comienza a meditar acerca de la justicia que rige el sistema social y la honestidad de quienes aseguran representarnos.

Un sistema como en el que vivo, lo percibo como altamente injusto ya que no hay proporcionalidad alguna entre los costos y los beneficios que me reporta. Pago por una infinidad de ítemes y, curiosamente, no recibo nada a cambio (ojalá usted sí). Eso sí, los que viven a expensas de esta enorme vaca lechera tienen asegurada su subsistencia en los sillones del congreso, ministerios, subsecretarías, embajadas, consulados, asesorías fantasmas y otra serie de mecanismos que protegen al fuerte en detrimento del regular y del débil.

¿Por qué toleramos un sistema así? es quizás la pregunta más fácil de sorprender. Porque en la sociedad hay, básicamente, tres tipos de personas: los abusadores, los que abusan y los que miran. Los abusadores están en todas las clases sociales y se reconocen por su prepotente actitud cotidiana (no respetan los límites de velocidad, señalizaciones, estacionamientos de minusválidos, proyectan obras que los benefician a ellos y perjudican a la sociedad, no pagan sus impuestos, cobran por trabajos no hechos, empujan al entrar a la Iglesia, bloquean las entradas de los estacionamientos, etc); los abusados son pasivos en su alma y no reclaman, esperan que los liberen del yugo del abusador; y los que miran pertenecen a ambos tipos y les caracteriza la indiferencia total.

Este es el sustrato que compone un país donde el gobierno abusa de los ciudadanos corrientes y los camiones conducen por la pista central y que espera elegir presidente y parlamentarios en diciembre. Que Dios nos ayude!!!

Saludos,

Rodrigo.

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